viernes, 30 de noviembre de 2012

Homenajearon en La Plata al reportero gráfico José Luis Cabezas

El acto se realizó en plaza San Martín. "En este país hay jueces que premian a los asesinos", dijo Gladys, la hermana del trabajador de prensa asesinado. Imágenes del acto y las fotos del álbum familiar.

En el día en que José Luis Cabezas debía cumplir 51 años, familiares, colegas y decenas de otras personas rindieron homenaje al reportero gráfico asesinado en Pinamar en enero de ’97, por cuyo crimen ya no quedan detenidos. El acto se realizó en plaza San Martín de La Plata y contó con la presencia de su hermana Gladys Cabezas y su amigo personal Gabriel Michi.

Bajo la consigna “Sin Justicia No Hay Democracia”, volvieron a repudiar las maniobras que posibilitaron la progresiva libertad de los participantes en el bárbaro crimen y, en particular, la liberación parcial de Gustavo Prellezo por la Cámara de Apelaciones de Dolores –que ya le había concedido la prisión domiciliaria- para estudiar la carrera de derecho.

El encuentro, organizado por la familia Cabezas, contó con el apoyo del Sindicato de Prensa Bonaerense, representado por su cúpula encabezada por Ricardo Salas, y de la Asociación de Reporteros Gráficos (ARGRA), cuyo presidente, Raúl Ferrari, pronunció un breve discurso. Ante los presentes también habló Gladys, quien además de agradecer a los presentes leyó un poema escrito por Luis Agustín Toscani.

El final fue con una suelta de globos rojos y globos de color blanco

domingo, 18 de noviembre de 2012

Juan Carlos Campopiano, mi hermano

A MANERA DE CONFESION

Uno sigue creyendo más allá de la ausencia
uno amontona soledades en el fondo de un espejo
y después de todo piensa que ya no hay tiempo
para volver a ser un hombre en medio del silencio.
Uno le copia los gestos a la lluvia antes que los días inventen otro esquema
que casi siempre habla de ojos grises y lejanos.
Uno se recuesta en las palabras más inútiles,
uno aprende idioma
s extraños de tarde o de mañana
y después se olvida de dibujar el punto de partida.


Uno nunca está demás con sus preguntas pero tampoco hace falta escribiendo un sueño;
uno acaso es un poco de lo que siempre quiso ser y jamás se animó.
Uno sigue creyendo más allá de la ausencia
quizás porque fue la ausencia la que perdió los recuerdos en una mirada azul y pequeña.
Uno va y viene de tanta gente que pasa,
uno espera lo que sabe que no existe,
le pone un largo número a la piel mas dulce y al final está en el mismo lugar
donde el regreso dice cosas que no terminan de entenderse.
Uno recurre a la duda más inédita para palpar la ternura que falta en los rincones
Donde una vez nos detuvimos a mirar las horas.
Uno, a pesar de todo, camina sin puntos suspensivos
por esta enorme historia que lo abarca;
uno renuncia, simplemente, a lo que no quiere ser.

Julio César Campopiano, poeta y escritor. Secuestrado y desaparecido el 21/10/76.Mi hermano.
Leí que los eclipses totales de sol sirven para soltar y dejar partir. Me ha costado tanto… y tal vez llegó la hora, finalmente, después de un duelo de décadas que no acaba de terminar. Ni siquiera te enteraste de tu último premio, el Jacques Prevert, auspiciado por la Embajada de Francia: Hacía veinte días que te habían secuestrado en la dictadura.
Este, tu poema premiado con el primer puesto en aquel concurso del Gymnasium, cuando apenas tenías 16 o 17 años, forma parte de tu sueño más preciado: Un libro. No lo publicaste vos, sino mamá, mientras te esperó y te esperó, hasta que cerró los ojos definitivamente y ya no hubo caso. Pudo verte, pero no aquí, sino allá. Juntó tu literatura, esa inmensa producción que dejaste como si la vida te apremiara a ser vivida, bebida, en un solo sorbo, le puso un nombre – Cantar del Tiempo, porque como ella misma decía “mi hijo fue un canto a la vida, a la que amaba…” – y fue editada en el país de los elfos: Suecia. Esos elfos que deseabas acompañaran el nombre de tu hija tan anhelada que nunca vio la luz: Ana de los Elfos…y para quien le escribiste el poema que la editorial decidió quede estampado en la pagina 80. Y 80 eran los años que pensábamos vivir juntos, hacernos viejitos como hermanos queridos, pero la historia, la bestialidad menos imaginada, quiso convertir en 18 casi 19.
Han pasado tantas cosas…decidí colgarte en un lugar donde todos te ven, y al mismo tiempo pueden elegir no verte con un simple, “ocular esta historia”. Decidí compartirte, y también existe la opción que no te compartan. Hoy, hubieras pasado de tu adorada maquinita de escribir portátil a la informática mas avanzada. Todavía la conservo, como conservo tantas hermosas historias que compartimos…como aquella vez, los dos tirados un atardecer de verano, en patas, sobre el césped húmedo de Río Ceballos, vos con 10 y yo con 6, apenas unos niños que ni siquiera conocían el mar…y lo deseábamos tanto. “Julio, ¿que habrá del otro lado del mar?” Dragones…ni dudarlo….” Y yo te creí, sabés? Te creía todo, porque todo en vos era creíble. Tu sonrisa, tus sueños, tu fantástico y ocurrente humor. Tu rapidez mental para captar cualquier situación. Me traducías todo…y me quedé sin traductor.
Esta será una corta y definitiva despedida. Te voy a tener que dejar ir, seguramente al país de los elfos, esos cuentos fantásticos que tantas veces me contaste y formaron parte de nuestro pacto secreto, cuidarnos mutuamente.
Te cuento que en esta corta despedida, cada tanto, voy a colgar tus poemas, pero solo algunos, porque soy egoísta y esto de compartirte funciona hasta cierto punto. Vos me entendes.
No pudiste llegar a la universidad porque no te dejaron. Hubieras sido un excelente periodista, orgullo de hermana. Me seguís entendiendo, verdad? Pero llegaste lejos, tu libro llegó para quedarse en algunas bibliotecas – Harvard, Indiana, el Congreso de EEUU y hasta la nacional nuestra – y es, como te dije, mérito de tu madre: Quería darte una sorpresa por si alguna vez el milagro nos alcanzaba: Recuperarte…pero te mataron y lo que mas me duele, es no haberte sostenido la manito en esa instancia final. Porque morir solo, así, salvajemente torturado, me remite a aquella frase en tu poema “Forma de Morir”, como una videncia triste y perfecta “..y yo, con mi lenguaje moviéndose a través de la tragedia…”, porque como dijiste: “aprendí de cada día, acumulando dudas y recuerdos/desparramando sueños por todas partes/a hacerle frente a la sombra de mi vida/aunque venga tirando a muerte.”
Gracias por haber sido un maravilloso hermano y ser humano, aunque sea por poquito tiempo. Hasta siempre. Mimí.

Betina sin aparecer

 Daniel Tarnopolsky presentó el libro Betina sin aparecer, sobre la historia de su hermana.
"Un desaparecido es un muerto vivo"

En los primeros meses del golpe militar del '76, Daniel perdió a casi toda su familia. De sus padres y su hermano mayor tuvo más adelante detalles de sus asesinatos. Pero de su hermana menor lo que obtuvo fue un mensaje que lo llevó a la búsqueda.

 Por Sonia Tessa

Daniel Tarnopolsky tenía sólo 18 años cuando el terrorismo de Estado lo dejó, casi literalmente, solo en el mundo: Sus padres y su hermana menor, Betina, fueron secuestrados en la madrugada del 15 de julio de 1976. Sergio, el hermano mayor, hacía el servicio militar en la Esma y también está desaparecido. Laura, la esposa de Sergio, secuestrada esa misma noche. Desde hace 36 años, Daniel Tarnopolsky quiere saber qué pasó con su familia. Su búsqueda espiritual, que antecede a la tragedia familiar, le brindó algunas respuestas que luego corroboró con relatos de ex detenidos. Tras quince días de cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada, sus padres y Sergio fueron exterminados en los vuelos de la muerte, como tantos miles. Pero de Betina, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, que tenía 15 años el día que la llevaron, él no está seguro, cree que ella tuvo un calvario más largo, más duradero.

Después de años de recibir mensajes a través de videntes --que él asegura no haber buscado-- y de militar simultáneamente por memoria, verdad y justicia, Daniel se decidió a escribir la historia de su familia, no sólo como un testimonio, sino también como "una botella al mar" que le permita saber si es cierto que Betina no fue exterminada junto a la familia, que fue derivada a un instituto psiquiátrico. El libro se llama Betina sin aparecer, lo presentó en Rosario el miércoles pasado, y puede conseguirse en tres lugares: el Museo de la Memoria (Córdoba y Moreno, el lugar donde se realizó la presentación), Librería Ross (Córdoba 1347) y Buchín Libros (Entre Ríos 735).

Tarnopolsky habla con un tono contundente, marca cada palabra, sus definiciones no dejan ningún intersticio. Sabe que su historia es emblemática del terrorismo de Estado, y convive con tanta pérdida. A Rosario llegó con su mujer, Mariela Volcovich y con Ester Mancera, que fue compañera de militancia de Betina. En la presentación, Ester quiso volver al presente la vida a Betina. "Teníamos una relación fuerte de militancia. No éramos amigas pero en esa época militar era compartir muchas cosas de la vida cotidiana, que quizás era más fuerte que ser amigas. Yo era militante de la UES y Bettina, además, era más chica que nosotras, era muy cuidada por nosotras, porque tenía dos años menos", rememoró Ester.

La gentileza de Daniel no es edulcorada. Es inevitable pensar que nada en su vida puede serlo. "Le pedí a Ester que viniera, porque la conocí hace no tanto. Ellas están en un proceso de reencuentro de ex militantes de la UES y las casualidades del destino hacen que conociera mucho a mi mujer, y entonces le pedí que viniera a compartir la mesa, para hablar de Betina desde otro lado", cuenta Daniel, que forma parte del comité del Espacio para la Memoria y Derechos Humanos, que funciona en la ex Esma.

"Un desaparecido es un muerto vivo", define y se despacha, al mismo tiempo, con aquello que aún lo atormenta, Tarnopolsky. "Eso fue un gran error, entre comillas, de los psicólogos, sociólogos, filósofos y lo que fuera, que apoyaron a los militares y los asesoraron. Pensaban que la desaparición iba a paralizar a la sociedad, porque este tema de no saber qué pasó con la persona llevada, efectivamente, en el momento te produce un escozor y un congelamiento, porque vos decís: 'Haga lo que haga puede ser peor', pero eso dura un cierto tiempo. Después de un tiempo, cuando vos tocás las puertas oficiales, golpeás, preguntás, pedís y sigue sin haber respuesta y te juntás con otros, y cada vez éramos más los que teníamos familiares desaparecidos de todas las edades, de todo tipo de situación social, política inclusive, entonces se te va el congelamiento y te agarra una fuerza, una voluntad que es casi una violencia para dar vuelta la situación y eso es lo que no para nunca", define Tarnopolsky con precisión. "Te aseguro que a un muerto vos lo enterrás y después de un cierto tiempo, hiciste tu duelo. Si vos tenés una conciencia política muy fuerte vas a ir a luchar, pero probablemente, si no la tenés, llegará un momento donde dirás, bueno, basta. Se murió", dice desde su propia experiencia de familiar de desaparecidos, de único sobreviviente de una familia que integraban Hugo, empresario y Blanca, psicopedagoga. Sergio estaba en plena conscripción. Laura vivía con su familia, mientras Sergio permaneciera en la Esma. Betina había ido a la casa de su abuela materna, por indicación de sus padres, en un vano intento de impedir lo que finalmente ocurrió. Un mes demoró Daniel en comprender que debía irse, en renunciar a quedarse en Buenos Aires esperando noticias de su familia. Partió al exilio en Chile pero como el peligro persistía bajo la dictadura de Augusto Pinochet, se fue a Francia. Nunca dejó de buscar respuestas.

"El desaparecido no está muerto, no sabemos lo que pasó. Ahora lo hemos reconstruido a partir del testimonio de los detenidos desaparecidos. Pero con mi hermana, lo que pasó es que en toda mi búsqueda, como yo siempre tuve una parte espiritual, empecé a buscar a través de los videntes y sobre todo hubieron momentos en que los videntes vinieron a mí más allá de lo que yo buscaba, porque yo quería cerrar la puerta, no quería más, y volvieron, casi me invadieron, y me trajeron información de cosas que habián pasado y que yo corroboré con gente que había estado en la Esma", relata Daniel. Por eso, sigue adelante con la búsqueda de su hermana. "Tengo el convencimiento de que al menos no murió con el resto de la familia, a los 15 días del secuestro. Porque lo que llegué a reconstruir es que como mucho tres semanas después del secuestro, a mis padres y mi hermano los tiraron al mar, y mi hermana seguramente no y vivió el calvario que yo transcribo en el libro. El libro es eso", subraya Daniel. El libro cuenta el calvario que su hermana buscó transmitirle --así lo entiende él-- a través de videntes. Pero también es cierto que esas voces se acallaron después de que él decidió escribir su historia.

La decisión de encarar el libro que hoy difunde poniéndole el cuerpo en todo el país llegó también de una vidente. "Uno de los videntes, el de Francia, me dijo una vez que creía que mi hermana estaba viva pero no la iba a encontrar nunca, que no la buscara", rememoró Daniel pocos minutos antes de la presentación del libro. Lo que él le preguntó a ese vidente fue por qué le hicieron saber que su hermana estaba viva. "Me contestó que éso no me lo podía decir todavía, que debía buscarlo yo. Y el por qué vino muchos años después, a través de Paloma, la vidente de la Argentina, que terminó de armarme la historia y me dijo: 'Tenés que escribir, tenés que transmitir, esta es la única verdad". Si a Betina la vamos a encontrar o no, no sé, nadie sabe. Hasta ahora no la encontré, hasta ahora nadie me dio informaciones de lo que habría pasado desde la realidad material", señala Tarnopolsky.

Para él, el libro es mucho más que el testimonio de la tragedia familiar. "La verdad es que yo pretendo que alguna vez alguien venga a decirme que supo de una chica allá por los años 70 o los 80, o bien que me diga: 'Yo supe de una enferma que estaba en tal hospicio, en tal manicomio y cuya historia era extraña. Es una botella al mar, es una búsqueda de respuesta. También vivo sabiendo que es muy probable que nunca la tenga. Yo no renuncio a buscarla de las maneras más sutiles que hay, pero se ha acallado, desde que yo escribí el libro, en los últimos dos años, Betina se acalló, los videntes no reciben más de ella, pero hasta ahora ninguno me dijo, está muerta, es una cosa extraña", exhibe sus convicciones.

En ese punto de la charla, surge una pregunta. ¿No puede ser que la misma difusión de la historia de Betina signifique plasmar su deseo de volver a la vida? "Puede ser, tenés toda la razón", responde Daniel. Ester interviene, está interesada en mostrar su punto de vista. "Yo creo que sí, porque a partir, quizás, de que Daniel puede mostrar el libro que venía escribiendo, y que de alguna manera podemos darle vida y mostrar lo que Betina significaba --lanza Ester Mancera--, estamos mostrando la parte vital de Betina, la parte que está de Betina y de muchos otros compañeros. Para mí, Betina está viva desde todo esto que pudimos traer, junto con la cantidad de compañeros nuestros secundarios, que estamos tratando de traerlos de a uno en su individualidad. Quizás por eso se acallaron los videntes".

Por eso, para Daniel, este libro es una botella al mar. Y cada uno que reciba ese mensaje, que tenga algo para aportar, puede escribir a betinasinaparecer@gmail.com.

Alicia Estela Bearzi habia sido enterrada como NN

Primera víctima identificada

Militaba en Montoneros y fue asesinada por el terrorismo de Estado en Rosario en 1976, en San Luis al 5300. La mujer oriunda de La Plata fue identificada en el marco del trabajo que realizan la justicia federal y el equipo de Antropología Forense.

 Por José Maggi

La justicia federal logró identificar a la primera víctima de terrorismo de Estado cuyos restos habían sido sepultados como NN en el Cementerio La Piedad. Se trata de Alicia Estela Bearzi, antropóloga, oriunda de La Plata, militante de Montoneros, quien tenía 28 años cuando fue asesinada en Rosario en San Luis al 5300, junto a su compañero Publio Eduardo Molinas Benuzzi, el 16 de diciembre de 1976. Su cuerpo fue ubicado la tumba 221, en el solar 75, el de los pobres y sin recursos, tras una tarea realizada por la fiscal federal Mabel Colalongo, y Miguel Nieva del Equipo Argentino de Antropología Forense.

La fiscal confirmó que hubo 126 restos exhumados en La Piedad.

-¿Quién es la persona identificada? -preguntó Rosario/12 a la fiscal Colalongo.

-Se trata de Alicia Bearzi, a quien pudimos primero identificar con los prontuarios que estaban en la provincia, de donde extrajimos las huellas. Luego de concluir con las exhumaciones de La Piedad, Miguel Nieva del Equipo Argentino de Antropología Forense, que es quien trabajo este tema, remitió los restos con las muestras de sangre correspondientes de familiares, y logramos identificar el primer cuerpo de los exhumados en La Piedad (más de un centenar).

-¿Cuál fue su trabajo?

-La fiscalía a mi cargo tiene delegada la instrucción y una vez que el EAAF presentó el informe que concluye con la identificación en un 99,99 por ciento, solicitamos que se rectifique la partida de defunción NN como muerte violenta. Después el juez nos delegó que le informemos a la familia y hacer la entrega de los restos.

-¿Esto ya se concretó?

-Sí, y es más me conmovió muchísimo este caso porque la mamá de Bearzi tiene 92 años y no es su única hija desaparecida, sino que también su otro hijo y su nuera, que estaba embarazada de ocho meses, están desaparecidos. Por lo tanto le quedo una nieta huérfana, que es con la primer que hablamos: se llama Julia, y por su propia historia es la que contuvo a su abuela, la que se ocupaba de todo. Cuando fuimos a Buenos Aires, le dejamos una fotocopia de lo que habíamos hecho para que ella misma le contara a su abuela, y cuando nos dijo cuál era el momento y el lugar donde la iban a inhumar, se lo comunicó a su abuela y su familia, porque tiene dos tías que viven. Pero lo más emocionante es que cuando fuimos al cementerio a llevarle los restos de su hija, dijo que " ese no era un espacio para la tristeza, porque su hija se merecía ese lugar y no otro donde estaba como NN, y que ese momento lo había esperado durante muchos años". Fue un discurso muy positivo, que me conmovió, sobre todo por los escollos infinitos que a veces hay que superar. Pensé que no tenemos ningún derecho de sentirnos agotado si hay mujeres como Beatriz Margarita Poggio. Y antes de irnos nos propuso con sus 92 años, llamar personalmente a los familiares de otras víctimas que aún hoy no han dado sus muestras de sangre para ser dejadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

-¿Qué pudo reconstruir de la vida de Alicia Bearzi?

-Era antropóloga, militaba en La Plata y cuando empieza allí la persecución se viene a Rosario. Su pareja era de esta ciudad ( se refiere a Publio Molinas Benuzzi, "Tino") cuyo padre nunca supo el apellido de Alicia y no conocía a la familia que vivía en La Plata, por lo cual no le pudo avisar a nadie y no pudo hacer nada a pesar de su esfuerzo, ya que solo conocía el apodo de Alicia ("Nora" o "Pampa"). cuyos restos fueron encontrados en el solar 75, tumba 221, era el solar de los pobres y sin recursos.

-¿Cómo analiza el trabajo realizado en La Piedad?

-El 17 de octubre de 2001 Miguel Nieva comenzó el trabajo de exhumación en La Piedad, y la verdad es que los resultados son óptimos, porque en tres meses se exhumaron 126 restos de personas. Tenemos casos en los que hay dificultades o poco material óseo, y hay que remitir los restos a un laboratorio de Estados Unidos, lo que ya hicimos de acuerdo lo que determinaron los antropólogos a través de Cancillería. Con esto quiero decir que va a ver sin dudas más identificaciones. Creo que este es un avance importante. Estoy convencida, que los juicios son importantes al momento de consolidar el estado de derecho de forma de dar este mensaje: que estos delitos no pueden volver a ocurrir en ningún país. Aunque en estos días sabemos lo que está pasando en la Franja de Gaza. Ahora como acción reparadora, para señoras como estas como Beatriz Margarita Poggio, es un verdadero acto reparador. Sin dudas madres como estas, solo pueden vivir por este hecho, por esperar esto, tener aunque sea los restos de su hijo o su hija, que es mucho más que un NN. Y desde lo humano, creo que esta posibilidad de restituir a la familia los restos de su familiar, tener una partida de defunción con nombre y apellido es realmente reparador. Y en lo personal dá muchísima fuerza para retomar con entusiasmo esta tarea, y superar los escollos que tenemos en estas causas- concluyó.
 
Alicia alias "Pampa"
El archivo de Roberto Baschetti -ex militante montonero- que puede ser consultado vía web, recuerda a "Bearzi, Alicia Estela: "Nora", "Pampa" (foto). Ejercía el estudio y la profesión de antropóloga en la ciudad de La Plata. Montonera, a los 28 años, cayó asesinada el 16 de diciembre de 1976 en Rosario (San Luis y Pasaje Zolezzi), conjuntamente con su compañero de organización Publio Eduardo Molinas Benuzzi". Baschetti también recuerda a "Tino. 20 años. Peronista y montonero. También pasó por la UES. De esa época es el escrito suyo que recupero: Y es fundamentalmente para enriquecernos y fortalecer las ansias de la necesidad de impulsar esta política en nuestro frente secundario. Esta necesidad que plantea se da casualmente por la misma necesidad, el mismo proceso desarrollado por el Pueblo y que hoy en 1973, los estudiantes secundarios dejen de ser los nenes mimados y dejen de ser los niños del sistema para convertirse en hombres que tienen en sus manos el futuro de la Patria hagamos un Movimiento Peronista en sus distintas etapas de la lucha por la liberación". "Sus cualidades siempre estuvieron a la vista: coherente en su pensamiento, decidido en sus acciones, amigo de fierro, ser humano excepcional", concluye Baschetti.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Cámara Federal identificó los restos de seis personas desaparecidas



Fue en el marco de las actuaciones, encabezadas por el juez Horacio Cattani, por la búsqueda de la verdad y destino final de desaparecidos. Se dispuso la remisión de testimonios a juzgados federales de la Capital y de San Martín. 
 
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, dictó el día 28 de septiembre del corriente año, las resoluciones nros. 29, 30, 31 y 32/12-P, mediante las cuales formalizó la identificación de los restos de seis personas que se encontraban desaparecidas y habían sido sepultadas como “N.N.”, ordenando además, su entrega a los familiares.

Dos de las personas identificadas constituían el matrimonio compuesto por Marta Ester Scotto, de 28 años, y Juan Antonio Ginés, de 31 años, quienes resultaron muertos el 14 de octubre de 1977, junto con Sergio Natalio Yovovich (identificado por este Tribunal, mediante la resolución nro. 8/11-P), en un operativo llevado a cabo en la intersección de las calles Alvear y Benteveo, Adrogué, Provincia de Buenos Aires.

Los restos de Marta y Juan habían sido inhumados en el Cementerio Municipal de Rafael Calzada, de donde fueron recuperados.

El tercer caso es el de Cecilia Podolsky de Bronzel, de 51 años de edad, secuestrada el 13 de julio de 1977 en Capital Federal, junto con su hijo José Daniel Bronzel y la esposa de éste, Susana Pedrini. Los tres forman parte del grupo de treinta personas que fueron halladas sin vida el día 20 de agosto de 1976, en la localidad de Fátima, Partido de Pilar, en el hecho conocido como la “Masacre de Fátima”.

Los restos de todas estas personas fueron inhumados en el Cementerio Municipal de Derqui, Provincia de Buenos Aires, y recuperados para su identificación en el año 1986. Con este último caso, ya son dieciseis las personas fallecidas en este hecho que pudieron ser identificadas por este Tribunal.

Otra identificación es la que corresponde a Graciela Miriam Lezana, una estudiante de 22 años de edad, secuestrada el 8 de diciembre de 1976 en La Plata. Su cuerpo fue hallado sin vida el 31 de diciembre de 1976, en la intersección de Borges y Blas Parera, Munro, Partido de Vicente López, junto con otras siete personas.

Sus restos fueron exhumados del cementerio municipal de esa localidad, y los estudios antropológicos efectuados revelaron que su muerte se produjo por el impacto de proyectiles de arma de fuego.

Las otras dos identificaciones corresponden a: Enzo Raúl Gómez, de 27 años, quien fue secuestrado el 12 de diciembre de 1975 de su domicilio en Campana; y Luis Lorenzo Garello, de 22 años, secuestrado el 25 de agosto de 1976, en Capital Federal.

El cuerpo de Enzo Raúl Gómez fue hallado el 18 de diciembre de 1975 junto a otras dos personas, en el km 67 de la Ruta 193, Partido de San Andrés de Giles, mientras que los restos de Luis Lorenzo Garello fueron encontrados junto a los de otra persona, el 26 de agosto de 1976, en la localidad de Solís, del mismo partido. En ambos episodios, los cadáveres se encontraban totalmente calcinados, y fueron exhumados del Cementerio Norte de San Andrés de Giles, en diciembre de 2004, por intermedio del Equipo Argentino de Antropología Forense.

En los seis casos que hoy informa el Tribunal, los estudios genéticos realizados por los laboratorios “The Bode Technology Group Inc.” (E.E.U.U.) y L.I.D.M.O. de la ciudad de Córdoba, complementaron los informes antropológicos y resultaron concluyentes para efectuar las referidas identificaciones.

Por último, el Tribunal también dispuso la extracción de testimonios, para su remisión a los Juzgados Federales nro. 2 de San Martín y nro. 3 de la Capital Federal, donde tramitan las causas nro. 4012 “Riveros, Santiago Omar y otros…” y nro. 14.216/03 “Suárez Mason, Carlos G. y otros s/homicidio…”, por tratarse de ilícitos cometidos en la denominada Zona IV, con asiento en Campo de Mayo, Provincia de Buenos Aires, y en la jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército de esta ciudad.

Buenos Aires, 7 de noviembre de 2012.